“El primer hijo de la divina belleza es el arte. El segundo
es la religión. La religión es el amor a la belleza. El sabio la ama por ella
misma: Infinita, Universal…”
“Pero es preciso que yo vea el mundo, para formarme. Soy un
artista, es verdad; pero me falta la destreza. Modelo con el pensamiento; pero
no sé aún servirme de mis manos…”
"El otoño no había querido ser menos que la primavera en cuanto a la dulzura de la atmósfera: era el tiempo más propicio a los recuerdos de las penas sufridas y los goces desvanecidos del amor."
"¡Ah! ¡Cómo entonces respiraban el gozo y la esperanza, cómo todo en la naturaleza crecía sin pausa y sin pena, con la bienhamada tranquilidad del niño que juega sin pensar en nada!"
"Feliz aquel, cuya vida puede alternar entre los placeres del corazón y la alegría de los combates."
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